Miles de personas llenan Córdoba para el Vía Crucis
Luz en la noche más cofrade de todas en Córdoba. Luz y
también silencio en el Vía Crucis Magno, un cortejo organizado por la
Agrupación de Cofradías y Hermandades con motivo de la celebración del Año de
la Fe y que sirvió, además, de ensayo general para una posible nueva carrera
oficial y un itinerario totalmente diferente al de la actual Semana Santa en
Córdoba. Un ensayo que reunió a miles de personas tanto en la que será la nueva
carrera oficial, como en los accesos a la misma. El acto -no el vía crucis en
sí, sino la llegada de la Reina de los Mártires- comenzó con casi un cuarto de
hora de retraso sobre la hora prevista, ya que no fue hasta pasados unos
minutos de las 21:00 cuando la Reina de los Mártires llegó al punto de
encuentro y donde el obispo, Demetrio Fernández, ofreció una oración por los
mártires de Córdoba. "Aquellos que toleraron intensos tormentos hasta dar
la vida por el amor a Cristo", recordó el prelado, quien después de la
oración entregó un ramo de flores blancas a la titular de la hermandad de la
Buena Muerte. La Reina de los Mártires fue el único paso que realizó el Vía
Crucis Magno con banda de música, en concreto, con la agrupación Julián Cerdá
del municipio gaditano de Sanlúcar de Barrameda, que interpretó a su llegada a
la plaza del Triunfo la marcha Salve Regina Martyrum. La Reina de los Mártires
fue, además, la que abrió el cortejo y que consiguió iluminar con su bella
candelería este rincón del entorno de la Catedral, llamado a ser el epicentro
de la Semana Santa de Córdoba en un futuro no tan lejano.
Tras su paso, La espera de la llegada de la Oración en el
huerto se hizo más que larga. No en vano, no fue hasta las 21:50 cuando se
inició el rezo del Vía Crucis. Tan larga se hizo la espera, que el delegado de
cofradías, Pedro Soldado, tuvo que tomar la palabra, pedir paciencia a los
asistentes -muchos estaban en su sitio desde antes de las 20:00- y reconocer lo
que ya era un clamor entre el público que aguantaba estoico. "La comitiva
no se ha podido agrupar hasta ahora", informó. Y es que, la aglomeración
de público en el entorno de la Cruz del Rastro provocó cierto colapso y algún
que otro problema en el cortejo final. Es más, según reconocieron fuentes de la
propia Agrupación de Cofradías, el elevado número de personas concentradas en
aquella zona había provocado el desvío de la cofradía de Ánimas, lo que al
mismo tiempo provocó el retraso en el inicio del vía crucis. La organización de
este evento -que la propia organización que preside Francisco Gómez Sanmiguel
tildó en su día de "histórico"- dejó algo más que desear, sobre todo,
al principio del mismo. En primer lugar, por la distribución de la sillas, que
generó algún problema que otro entre aquellos que habían comprado una silla y
cuando llegaron estaba ya ocupada, entre otros motivos, por el cambio de los
colores de cada espacio. En segundo lugar, por el sitio reservado a la prensa,
justo en el Triunfo de San Rafael, que tampoco estuvo vigilado, lo que provocó
que decenas de personas se colaran y dificultaran el trabajo a los medios de
comunicación. Y en tercer lugar, por el retraso en el inicio del rezo del Vía
Crucis. Eso sí, una vez superados todos estos incovenientes -sobrevenidos por
la propia magnitud del evento-, el Vía Crucis se desarrolló con normalidad.
El paso de la Oración en el Huerto, cuyo titular llevaba una
túnica blanca, inició el rezo guiado por el obispo a eso de las 21:50. A
continuación, el paso del Rescatado, el Señor de Córdoba, el mismo que sale
cada Domingo de Ramos y que tiene tantos fieles que sale el último en el
cortejo. Lo que sí se cumplió con precisión fue el tiempo establecido entre
paso y paso, unos cuatro minutos entre unos y otros, lo que dio cierta agilidad
al rezo piadoso, que se desarrolló en absoluto silencio. Un silencio que llegó
a ensordecer, incluso, a los pocos aplausos que más de uno quiso ofrecer al
paso de algún que otro titular. Un silencio sólo roto por la música de cámara
que acompañó a cada paso y el sonido de los llamadores cada vez que un paso
iniciaba su paso hacia la Catedral.
Después de todos los problemas iniciales, el Vía Crucis
Magno prosiguió con rapidez y por la plaza del Triunfo pasaron todos los pasos
previstos, como la citada solemnidad del misterio de Humildad y Paciencia, de
la hermandad de La Paz, o la imagen inédita del Remedio de Ánimas. Todos los
pasos levantaron la ovación callada de los asistentes, que siguieron el rezo
del vía crucis, guiado por el cofrade Fermín Pérez Martínez, encargado de leer
las estaciones de penitencia con gran elegancia. Así fueron pasando una tras
otras las hermandades del Huerto, Rescatado, Penas, Redención, Sentencia,
Coronación de Espinas, Pasión, Caído, Encuentro, Verónica, Humildad y
Paciencia, Amor, Expiración, Ánimas, Descendimiento, Angustias, Santo Sepulcro
y el Resucitado, que cerró el cortejo pocos minutos después de las 23:30,
poniendo el colofón a un acto más que singular y que dejó para historia estampas
tan inéditas como ver de noche el paso del Resucitado o ver a plena luz y sin
rastro de la noche la salida de la iglesia de San Hipólito a la Reina de los
Mártires. Unas imágenes, sin duda, que se quedaron en la retina de las miles y
miles de personas que se dieron cita en la ciudad y que pasarán a la historia
de todos ellos.
Tras el rezo de cada estación del Vía Crucis, cada hermandad
acudió al interior de la Catedral, donde se expuso el Santísimo en el Altar
Mayor y el obispo ofreció unas palabras a los asistentes. Tras este acto, las
hermandades comenzaron a salir y emprendieron el regreso a sus templos entre el
fervor popular y miles de personas esperando su paso por en un acto que, como
el de ayer, fue sin duda histórico y que abre la puerta a una nueva
organización de la Semana Santa en Córdoba.
Las mismas fuentes de la Agrupación de Cofradías consultadas
por El Día llegaron a asegurar que más de 150.000 personas se dieron cita ayer
para ver el Vía Crucis Magno en toda la ciudad y añadieron que el número de
sillas vendidas superó las 10.000, mientras que fuentes de la Policía Nacional
cifraron la asistencia de público en el entorno del templo principal de la
Diócesis en unas 15.000 personas. Las citadas fuentes de la Agrupación de
Cofradías señalaron además que un centenar de voluntarios se encargó de velar
por la seguridad en la distribución de sillas, junto a una veintena de agentes
de seguridad privado. Debido a la gran afluencia de visitantes se desplegaron
300 efectivos para garantizar la seguridad tanto de los que acudieron a
presenciar el acto religioso como de los miembros de las distintas hermandades
participantes. En concreto el dispositivo de seguridad contó con un centenar de
agentes de Policía Local, entre los que se incluyen personal de la Unidad de
Prevención y Reacción, patrullas y agentes sin uniforme. Sea cual sea la cifra
final y la oficial de los asistentes, lo que es bien cierto es que miles de
personas tomaron ayer las calles de la ciudad para disfrutar de esta
acontecimiento piadoso que dejó un buen sabor de boca a todos los cofrades.
Lourdes Chaparro - Diario "El Día" de Córdoba
15/9/2013