viernes, 21 de junio de 2013

XIV Estación. Jesús en brazos de su Madre



    El segundo de los pasos que forman esta estación será el de Nuestra Señora de las Angustias Coronada, titular de la hermandad de las Angustias cuya sede canónica es la Real Iglesia de San Pablo.

    En 1626 la hermandad encargó la hechura de sus titulares al escultor Juan de Mesa y Velasco, cordobés afincado en Sevilla. El provincial de los agustinos, Fray Pedro Suárez de Góngora, antiguo prior de San Agustín, fue el intermediario en la operación. Juan de Mesa falleció el 26 de noviembre de 1627, cuando terminaba las imágenes. Su testamento así lo atestigua: "Estoy obligado a hacer una Virgen de la Soledad o Angustias para el convento de San Agustín de Córdoba, a la cual no le faltan tres días de trabajo".

    Las imágenes, las más valiosas artísticamente de la Semana Santa cordobesa, se bendijeron el 18 de marzo de 1628 en San Agustín, entonces sede de la hermandad.  

    Nuestra Señora de las Angustias es una imagen de talla completa aunque pensada para vestir, sedente. Muestra una sensación de dolor absoluto, que sin embargo no consigue ocultar su singular y delicada belleza. En su regazo porta la imagen de Cristo muerto, que destaca por su espléndida anatomía y por su unción sacra. El prodigioso brazo derecho cae a los pies de la Virgen , mientras el izquierdo se extiende de manera rígida a la izquierda de la Madre. Aunque se han propuesto otras disposiciones, algunas de las cuales se han ensayado incluso en procesión, una serie de cuadros de los siglos XVII y XVIII muestran que las imágenes siempre se han venerado tal y como hoy se encuentran, por lo que la hermandad las ha mantenido así. La Virgen sostiene una espina en su mano derecha, como si la hubiese acabado de sacar de una de las cejas del Señor, donde se puede ver la señal. Con la mano izquierda sostiene la conmovedora cabeza del Cristo.